


SOTOL, TRADICIÓN Y CULTURA
La palabra Sotol procede del vocablo náhuatl “tzotollín”, que fue derivando hasta castellanizarse a “sotol”, que en lenguaje náhuatl significa palma del desierto.
La planta de sotol ha sido un recurso de gran aprecio y consideración para los pobladores de las comunidades desérticas. Al igual que los agaves, se sabe que distintos grupos llegaron a tener una valiosa cultura de su aprovechamiento, y aunque con los años mucho de este conocimiento se perdió, algunos remanentes de ello han permanecido hasta nuestros días.
Vestigio asombroso y permanente de la importancia que tuvo la preparación de licores para las culturas autóctonas, se encuentra en La Antigua Paquimé, ciudad prehispánica asentada en lo que hoy es el municipio de Casas Grandes, en el estado de Chihuahua, la cual comienza a construirse aproximadamente en el año 700. Dentro de esta antigua ciudad, se encuentra La Casa de los Hornos, donde se encuentran cuatro hornos subterráneos, de 2 metros de profundidad por 3 metros de diámetro, dispuestos para cocer masivamente cabezas de sotol y otros agaves para la fermentación de bebidas, en el contexto de las fiestas agrícolas de la población.
La bebida de sotol ha sido parte de las referencias de la cultura norteña, así mismo fue y sigue siendo parte del imaginario social.